viernes, diciembre 14, 2012

Ultima semana

Esta es la última semana previo a que se termine el mundo, según lo mayas claro. En algunos lugares he leído que hay gente que tiene miedo, en general yo creo que la mayor parte del mundo lo toma a broma, incluyéndome.

En un par de ocasiones me puse a pensar como reaccionaríamos si esto fuera cierto, en particular traté de imaginar como reaccionaria yo mismo. Definitivamente creo que no entraría en pánico, si acaso me pondría melancólico y triste por no haber conocido, visitado, comido, experimentado, etc, etc todo lo que el mundo ofrece. Seguramente querría pasar los últimos días con mi familia nuclear, pero no estoy tan seguro que ellos quisieran lo mismo. Si fuera algo catastrófico me gustaría verlo, por ejemplo un meteorito o una inundación, pero si solo fuera desaparecer espontáneamente entonces me gustaría estar acostado. 

Cuando veo las películas americanas por más que lo intento no logro coincidir en que reinaría el caos y que toda la gente estaría corriendo en las calles de manera desesperada, yo creo que seria todo lo contrario, la gente no saldría de sus casas, todo estaría desierto y solo se escucharían murmullos y rezos. 

Por otro lado también pienso quien podría querer desesperadamente continuar con la vida; si tuviéramos la certeza de que ya todo va a terminar, ¿realmente habría algún aferrado que no lo aceptaría?  esa idea de las películas de que las personas hacen todo lo posible por sobrevivir cuando el mundo esta por acabarse no me la creo. Concientemente ¿para que querrías sobrevivir en un mundo que ya se terminó? ¿para sufrir más? esta ilógico creo yo.

En fin, la vida sigue y si el mundo se llegara a terminar, solo espero no tener tiempo para arrepentirme de nada.


jueves, agosto 16, 2012

Aburrido

No esta padre estar aburrido y cansado a la vez; me hace pensar que el ritmo de vida que llevo no es el adecuado. Es difícil lograr el equilibrio entre trabajo, diversión y gustos, supongo que es un mal de nuestros tiempos. Como sería en el pasado? Como sería una vida tranquila y sin prisas? Lo unico rescatable de mi lamentable estado actual, es que estoy acostado escribiendo desde el iPhone aunque pensandolo bien, eso es aun más lamentable... Triste realidad, lo bueno es que ya pronto se acaba el mundo.

martes, abril 17, 2012

Inicios de la lectura


El fin de semana Diego terminó de leer el primer libro de Harry Potter, antes de eso también había leído El diario de Greg, esto lo hizo en sus vacaciones, a mi me ha dado mucho gusto.

Estoy entre el orgullo y la felicidad, nunca ha sido mi intensión que Diego haga lo que yo creo que es mejor para él, en la medida de lo posible yo le muestro las opciones y lo dejo decidir libremente. Entiendo que al final mis acciones serán su marco de referencia y por lo mismo trato de ser muy cuidadoso con lo que el recibe directa e indirectamente de mi.

Durante todo este tiempo su mama y yo hemos tratado de inculcarle el amor a los libros, pero sin presiones ni pretensiones, simplemente porque ambos queremos compartirle el gusto que nos proporciona la lectura.
Es muy emocionante saber que Diego se está adentrando en un mundo que lo llenará de experiencias, conocimiento y un largo etcétera etcétera.

No quise dejar pasar la oportunidad de registrar los inicios de la lectura de mi hijo. Y a propósito, quiero agregar un comentario más, en algunas ocasiones se me han acercado para que recomiende algo bueno para leer, no es un tema sencillo y generalmente no recomiendo libros a la ligera, a mi me gusta preguntar por las preferencias y gustos de la persona que pregunta, de esa manera creo que la recomendación podrá surtir mejor efecto. Aunque también por otro lado pienso que los libros son caprichosos y tienen su temperamento, esto hace que para leerlos y apreciarlos deba ser en el momento adecuado. Me ha pasado que he leído libros que no me provocan nada, pero después al releerlos todo cambia y me pregunto cómo es que la primera vez no había sentido lo mismo. Incluso hacer una lista de mis libros favoritos me resulta difícil porque hay ciertos títulos que los recuerdo por que cuando los leí estaba pasando por alguna situación particular en mi vida, en decir, no los recuerdo por el contenido, más bien los recuerdo por la situación, en esos casos puedo decir que más bien les tengo aprecio porque estuvieron conmigo de la misma manera en que un amigo lo hubiera estado.

Leer es muy placentero, me produce alegría. De verdad estoy muy contento que mi hijo tenga la oportunidad y la iniciativa de adentrarse en este maravilloso mundo.

lunes, febrero 27, 2012

El tambor de hojalata

Hay algunas veces (contadas de hecho) en las que podemos llegar a descubrir una joya literaria que nos ayuda a entender porque leer es tan gratificante El tambor de hojalata es una de esas joyas, poco a poco me transportó al mundo de Oscar Matzerath, me hizo soñar, disfrutar, imaginar, reír y un largo etc, etc etc. No diría que lo recomiendo, eso sería muy poca cosa, más bien diría que es indispensable leerlo (disfrutarlo seria la palabra correcta). Fácilmente se ha convertido en uno de mis libros favoritos, si no le hubieran dado el Nobel de Literatura a Günter Grass por su obra, hubiera pensado que no existe la justicia, verdaderamente este libro es una obra maestra de la literatura.

No creo que valga la pena resumir la historia en este blog, te invito a que tú la descubras. Lo único que lamento es que solo puedo leer la traducción al español, la obra original está escrita en alemán, sé que en la traducción se pierde un poco del toque original, pero eso es algo con lo que yo estaré permanentemente peleado, no me gustan las traducciones, aun así, pienso que el libro conserva 100% su esencia. Uno de mis capítulos favoritos del libro, por ejemplo lo titulan “El bodegón de las cebollas” desconozco como se interprete el nombre original en alemán, pero en español desde mi punto de vista el nombre es despectivo, no refleja lo que representa ese lugar maravilloso que describe Günter, que lugar más atrayente, un lugar para ir a llorar, para desinhibirte, para recordar, para perdonar, para perder el miedo, para desahogarte. Un lugar íntimo y a la vez público donde todo gira alrededor de las cebollas y para rematar un toque pintoresco: música de jazz para relajar los ánimos… si no aplaudí cuando termine de leer ese capítulo fue porque, o aplaudía o continuaba pasando las hojas del libro.

Me gustaría seguir comentando más de esta obra, pero en algún momento del día tengo que trabajar y ese momento ya llego, ni modo; de cualquier manera espero que este breve post sirva para despertar tu curiosidad y leer el tambor de hojalata, definitivamente un libro que se volverá (si no es que ya lo es) un clásico de la literatura universal.