lunes, febrero 27, 2012

El tambor de hojalata

Hay algunas veces (contadas de hecho) en las que podemos llegar a descubrir una joya literaria que nos ayuda a entender porque leer es tan gratificante El tambor de hojalata es una de esas joyas, poco a poco me transportó al mundo de Oscar Matzerath, me hizo soñar, disfrutar, imaginar, reír y un largo etc, etc etc. No diría que lo recomiendo, eso sería muy poca cosa, más bien diría que es indispensable leerlo (disfrutarlo seria la palabra correcta). Fácilmente se ha convertido en uno de mis libros favoritos, si no le hubieran dado el Nobel de Literatura a Günter Grass por su obra, hubiera pensado que no existe la justicia, verdaderamente este libro es una obra maestra de la literatura.

No creo que valga la pena resumir la historia en este blog, te invito a que tú la descubras. Lo único que lamento es que solo puedo leer la traducción al español, la obra original está escrita en alemán, sé que en la traducción se pierde un poco del toque original, pero eso es algo con lo que yo estaré permanentemente peleado, no me gustan las traducciones, aun así, pienso que el libro conserva 100% su esencia. Uno de mis capítulos favoritos del libro, por ejemplo lo titulan “El bodegón de las cebollas” desconozco como se interprete el nombre original en alemán, pero en español desde mi punto de vista el nombre es despectivo, no refleja lo que representa ese lugar maravilloso que describe Günter, que lugar más atrayente, un lugar para ir a llorar, para desinhibirte, para recordar, para perdonar, para perder el miedo, para desahogarte. Un lugar íntimo y a la vez público donde todo gira alrededor de las cebollas y para rematar un toque pintoresco: música de jazz para relajar los ánimos… si no aplaudí cuando termine de leer ese capítulo fue porque, o aplaudía o continuaba pasando las hojas del libro.

Me gustaría seguir comentando más de esta obra, pero en algún momento del día tengo que trabajar y ese momento ya llego, ni modo; de cualquier manera espero que este breve post sirva para despertar tu curiosidad y leer el tambor de hojalata, definitivamente un libro que se volverá (si no es que ya lo es) un clásico de la literatura universal.