lunes, agosto 01, 2022

¿Hacia dónde vamos?

Las protestas en Colombia y Bolivia están subiendo de nivel, en Hong Kong ya suman meses de revueltas.

Hace poco comenté mi experiencia dando clase en universidad, en esa ocasión no hablé de lo que, desde mi visión, alcanzo a percibir será el futuro de las nuevas generaciones. Este no es un post esperanzador ni optimista, es todo lo opuesto, sin embargo lo quiero escribir porque es parte de tratar entender hacia dónde vamos.

En el pasado reciente, estudiar una carrera de nivel superior te daba buenas posibilidades de iniciar una carrera profesional aceptable, actualmente contar con una licenciatura no te asegura absolutamente nada. Ahora es común que los requisitos para contratarse sean al menos tener múltiples certificaciones y experiencia, la media es contar con alguna maestría. Todo eso para percibir sueldos que están por debajo de una jornada de trabajo de alguien que se autoemplea en actividades como Uber. 

Invertir en una carrera universitaria está convirtiéndose en un callejón sin salida y esto no aplica solo en México, veo que esto está generalizado a nivel global. Los jóvenes ya no tienen expectativa de comprar una casa, están conscientes que las condiciones económicas ya no dan para eso, en el mejor de los casos su objetivo es independizarse, rentar un departamento y compartir los gastos. Cada vez empeoran los contratos laborales y ahora es casi imposible pensar en jubilaciones dignas para quienes comienzan su vida laboral.

La economía nos está llevando rápidamente a que todo sea desechable, infortunadamente todo gira en torno a la inmediatez de una app, nuestro mundo está determinado por lo que los smartphones nos puedan proveer. 

He leído que se espera que la mayor parte de los trabajos que conocemos tradicionalmente evolucionen o desaparezcan en menos de una década. Surgirán nuevas oportunidades y se requerirán nuevas habilidades, pero esto no necesariamente será algo que se adquiera en las universidades, los sistemas de enseñanza están desde hace mucho tiempo caducos, no han sabido caminar de la mano de las nuevas tecnologías ni adaptarse a las necesidades actuales de las sociedades.

El día de hoy estoy retomando este post, lo inicie en noviembre del 2019, es decir, previo a la pandemia, hoy estoy escribiendo en agosto del 2022. Las cosas no han cambiado, por el contrario, el escenario mundial ha empeorado: recesión mundial, guerra entre Rusia y Ucrania, etc.

Para estas fechas, mi hijo ya terminó sus estudios universitarios, probablemente inicie el siguiente año con estudios de maestría. Sus amigos y conocidos han estudiado diversas carreras, por el momento no parece que a ninguno le vaya bien en sus actividades laborales. Por lo que me cuenta, tienen miedo e incertidumbre del futuro. No está claro cómo será la situación para ellos, probablemente mucho más compleja que lo que conocemos.

No está nada claro hacia dónde vamos, no hay certidumbre y las cosas no parecen mejorar o estabilizarse. Supongo (y quiero confiar) que las nuevas generaciones sabrán o aprenderán rápidamente a lidiar con estas situaciones, probablemente todo está gestándose para que se revelen y comiencen a construir nuevas formas de organizarse y convivir, porque de lo contrario, el panorama se antoja sombrío. 




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