jueves, abril 17, 2008

Reseña -primera parte-

Por fin cuento con tiempo para escribir un post de mi experiencia por Europa, no quiero dejarlo pasar porque definitivamente fue algo muy importante en mi vida.

Es curioso como las cosas se presentan a veces, cuando supe del trabajo para Turquía envíe mi CV, al otro día se comunicaron conmigo, después de eso vinieron varias entrevistas, la mayoría de ellas vía telefónica, todo se desarrollo muy rápido y muy lento a la vez, rápido porque me aceptaron sin mayor problema y lento porque se atravesaron las fiestas navideñas y los tramites se atrasaron. Eso me dio tiempo para irme despidiendo de mis amigos y de mi familia.

También tuve tiempo de despedirme de mis compañeros de trabajo. A quien no le cayo bien la noticia fue a al dueño de la empresa, hizo berrinche cuando se entero que me iba, pero después entro en razón y nos despedimos de buena manera, me dejo tranquilo saber que se quedaban las puertas abiertas en caso de que quisiera regresar. Antes de irme todavía tuve una semana de “vacaciones” durante esa semana comencé a ponerme en contacto con el que seria mi jefe en el proyecto, también tuve que estar arreglando tramites en la embajada de Turquía, la visa se complico un poco porque para ingresar al país tenían que expedirme una de trabajo (el tramite era de 6 semanas) la de turista no me la querían dar porque era brincarse el procedimiento, total que la gente de Turquía para la que iba a trabajar se tuvo que poner en contacto con el embajador y lo convencieron de que me diera la visa de turista en lo que corría el tramite de la de trabajo. Con el compromiso de que regresaría en un mes a México para continuar con el tramite. La visa era lo único que me detenía para viajar, en España me decían que para ellos no era tan complicado ingresar a Turquía debido a los tratados que tienen con la unión europea. Cuando por fin me dieron la visa (un miércoles), me reservaron el vuelo para salir el domingo en la mañana, el plan era que llegara a Madrid el lunes por la mañana y arreglara unos trámites con la empresa que me contrataba. Pero no contábamos con que Iberia cancelaría el vuelo del domingo por la mañana y lo paso para el domingo por la noche, a mi me cayo de perlas porque aproveche para ir a almorzar con todos mis hermanos y tuve el resto del día para estar con Kth. Pues llego la hora de abordar el avión, era emocionante saber que al otro día ya iba a estar en otro continente.

El vuelo hacia Madrid fue bastante tranquilo, mi compañera de lugar era una argentina que residía en España desde hacia 9 años, bastante amable, platicamos un poco y tratamos de aprovechar que viajábamos de noche para conciliar el sueño. Me acuerdo que me daba mucha risa ir viendo como con forme pasaba el tiempo la gente iba perdiendo “la pose” fuera los zapatos, cabellos despeinados, ropa arrugada, etc. Pero no es para menos, 10 horas de vuelo no son cualquier cosa. Llegamos a Madrid a las 14:30 en México eran las 7:30 del lunes. Lo primero que hice fue llamar por teléfono para avisar que había llegado bien. En lo que pasaba por aduana, recogía las maletas y llamaba para reportarme me dieron las 16:30, ya me estaban esperando de la oficina, pero antes de irnos, quise registrar el equipaje para el siguiente vuelo hacia Estambul, pero ahí hubo complicaciones, como se trataba de un vuelo dentro del mismo continente solo me permitían dos maletas (30 Kg de peso en total) yo llevaba tres maletas y pesaban como 42 Kg el sobre equipaje era muy caro, así que decidimos que rehiciera maletas y solo me llevara las 2 que estaban permitidas. Nos fuimos a rumbo a la oficina. Ya por la tarde me llevaron a donde pasaría la noche, un departamentito muy céntrico que la empresa rentaba para los empleados extranjeros. Me recibió Francisco, otro defeño que ya tenia unos meses trabajando en Madrid. Ya en el departamento me puse a organizar las maletas, para eso ya había averiguado que la vestimenta seria de negocios, así que únicamente empaque trajes, la ropa de calle la tuve que dejar en la tercera maleta. En la noche nos fuimos a cenar cerca de un barrio que se llama “La chueca” Paco me invito un kebab (una especie de taco con carne de carnero, me gusto mucho). Al otro día por la mañana nos fuimos directo al banco para tramitar la cuenta por la que me iban a depositar, también me dieron los viáticos para los próximos días. De ahí me fui a al aeropuerto en metro, en el CheckIn registre 29.5 Kg (de repente ya me estaba volviendo experto en hacer maletas) y me puse a buscar un lugar para comer antes de partir. Realice una llamada antes de pasar por los filtros de aduana, sabia que una vez pasando la aduana estaría en un terreno completamente desconocido para mí. Estaba nervioso, le marque a Kth y me dio ánimos. Colgué el teléfono respire profundo y me enfile con mi pasaporte en mano a las casillas de verificación. Llegue a la puerta y se me hizo curioso no ver nada de gente, únicamente estaba el personal de Iberia, me acerque y me llamaron por mi nombre, se me hizo raro, les pregunte si había un problema, me comentaron que en absoluto, que ya estaban todos los pasajeros abordo, pero que aun estábamos en tiempo. Entro al avión y veo solo a 5 pasajeros, en ese momento pensé “que chingados estoy haciendo, a donde voy, estoy loco” pero ya estaba ahí y no podía darme media vuelta y regresar, así que busque mi asiento y me acomode. Tome el libro que llevaba para leer durante el viaje “Sincrodestino” me dispuse a concentrarme en la lectura, en eso se oye la voz del capitán para darnos la bienvenida y darnos algunos detalles del vuelo, uno resuena en mi cabeza y sé que jamás se me olvidara: “en estos momentos son las siete de la noche en Estambul y esta nevando, arribaremos al filo de la media noche” me dio mucha alegría saber eso, para mi seria la primera vez que me tocaría ver una nevada.

Efectivamente llegamos al aeropuerto a la media noche, yo sabia que esta vez no irían por mi, me habían dado instrucciones para tomar un taxi que me llevara directo al hotel. Ya me había preparado sicológicamente para no sentirme raro en ese país, trate de estar lo mas tranquilo posible y tomar las cosas con toda naturalidad, los letreros estaban en turco e ingles, así que no tuve problema para recoger equipaje y regístrame en la aduana, de ahí a tomar el taxi, pero no contaba con que la gente local no hablaba ingles, solo turco, gran problema, se acerco a mi una persona que se identifico como empleado del aeropuerto y me hablo en ingles, me ayudo a conseguir taxi, pero obviamente que se aprovecho de la situación, como ya era muy tarde y casi no había servicio me ofreció la renta de un carro, ni modo, no tenia alternativa, ni modo de ponerme necio y menos porque no sabia muy bien como estaba la situación ahí. Rente el carro y me llevaron al hotel, lo bueno fue que me dieron algunos consejos para visitara lugares turísticos de la ciudad, fueron muy amables eso si.

Era de madrugada cuando me registre en el hotel, ya estaba la reservación pero no habían pagado aun la habitación, me pidieron mi tarjeta de crédito pero no la quise dar, les dije que se pusieran en contacto con mi empresa por la mañana. Me dieron mi llave y me fui a dormir, pero no sin antes hacer un par de llamadas para reportarme, como todavía no sabia como hacer llamadas locales tuve que marcar larga distancia, unos cuantos minutos bastaron para que se agotara mi crédito de la tarjeta telefónica, ni modo, era algo que tenia que hacer en cuanto tuviera tiempo, averiguar la manera de hacer llamadas de manera económica, de lo contrario gastaría una fortuna en estar hablando por teléfono.

El resto del viaje lo reseñare otro día, por hoy ya es suficiente.

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