jueves, marzo 23, 2006

Cuatro años

Ayer mi papá cumplio 4 años de haber fallecido, a mi me parece que ha pasado más tiempo. Se me hace muy alejado ese día que recibi la noticia, iba en el carro de regreso a casa cuando una de mis hermanas me marco, yo ya sabia de que se trataba, son esas cosas donde tu intuición te dice que es lo que esta pasando.

Esa vez, durante el funeral de mi papá, pensando en que mi esposa no se sintiera incomoda, le dije que seria mejor que ella se fuera a la casa con nuestro hijo, asi que no estuvo conmigo esa noche en que velamos a mi papá. Al otro día llego un poco tarde a la misa que le hicimos. Tiempo despues cuando paso el duelo, pense mucho en como se habian sucedido las cosas y aunque estaba concienciente de que yo le habia pedido que fuera a descansar a la casa, la verdad es que yo lo que queria era que estuviera ahi conmigo, tal vez inconcientemente lo que hice fue probar el grado de compromiso que ella tenia conmigo y me dolio que no me acompañara cuando lo necesite. Alguna vez le comente que me habia afectado eso que paso. De ahi lo que me quedo fue no esperar a que las cosas sucedan como tu quisieras, hay que hacer lo posible porque pasen y si aun despues de intentarlo, las cosas no son como esperabas, al menos te quedara la sensacion de haberlo intentado, que siempre será mejor que el quedarte a esperar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dos años antes falleció mi abuelita y tampoco pasamos la noche en su funeral; sinembargo eso no demostraba que no fuera importante para mi...en ocasiones el estar solo en momentos así, nos hace reflexionar profundamente acerca de nuestra existencia y nuestro paso por la vida...lo esencial del tiempo que se comparte, lo efímero y sustancial. Aislarme del bullicio del momento me hizo pensar en la relación que solo ella y yo tuvimos; y al día siguiente sólo habria que despedirla. La interpretación de las cosas es lo que hace la diferencia. Solo creí que hacia lo mejor al dejarte solo, porque pensé que era lo que necesitabas; el que espera algo de los demás sin decir qué, es el primero en decepcionarse de que el mundo no sea como él quiere; no es honesto ni coherente poner a prueba algo así, sin ser claro en lo que se desea.