Insomnio

Es la 1:50 am y no puedo dormir. Tengo ganas de escribir, nada en especial, solo escribir.

Comencé leyendo Padre pobre, padre rico y termine viendo un capitulo de Sex and de City. Seguramente sea el insomnio pero traigo una idea loca en la cabeza.

En el ultimo post de Sherezada escribió algo que me revolotea en la cabeza: “Todos los hombres son iguales, solo que unos son mas pendejos que otros”. ¿Que tiene que ver una cosa con la otra? nada realmente. Bueno si, si hay una relación. En el libro, al autor hace mención sobre una manera diferente de enfocar las cuestiones del trabajo, el dinero y la independencia económica. En el capitulo de la serie de TV que vi, tocaron dos temas de manera indirecta: una luna de miel donde lo único que le apetece al hombre es tener sexo y descansar. El otro tema, un hombre maduro, divorciado con una hija de 22 años y disfrutando su soltería. ¿Qué todos los hombres somos iguales y solo nos distingue nuestro grado de pendejes?, pues tal vez si, tal vez es cierto, tal vez a todos nos interesan las mismas cosas, la única diferencia es el grado de interés que ponemos en cada una de ellas. Tal vez nosotros los hombres somos demasiado simples y ustedes las mujeres demasiado complejas. Tal vez para nosotros, por nuestra naturaleza, solo podemos enfocarnos en una sola cosa, llámese esto trabajo, dinero, sexo, familia, etc; pero solo una cosa a la vez; mientras que ustedes, gracias a su propia naturaleza, si pueden atender varias cosas sin el menor problema.

Imagínense la siguiente situación: una cita común y corriente entre una pareja de novios cuyas edades oscilan entre los 25-30 años; él esta pensando en quedar bien, agradar a la novia y que no haya contratiempos (esta enfocado en tener sexo esa noche); por otro lado la novia esta pensando en que no quiere desvelarse mucho porque al otro día tiene junta en el trabajo, esta leyendo el menú tratando de elegir que va a pedir para la cena porque no quiere subir de peso, se acuerda que el fin de semana tiene la boda de la prima y aun no sabe que se pondrá, esta llamando por celular a su amiga para enterarse de los detalles de la siguiente reunión, con la mirada barre los atuendos de las demás mujeres que se encuentran por ahí en busca de alguno que le guste, con la mano que tiene libre juguetea con la mano de su novio. En eso llega el mesero y pregunta si desean ordenar, el novio en su afán por quedar bien (y también porque no quiere desperdiciar el tiempo –ya sabemos sus intenciones-) ordena por los dos, él ya sabe lo que le gusta comer a ella. Y ahí comienzan los problemas, inmediatamente ella reclama airadamente: “eres un desconsiderado, ordenaste eso que me hace engordar a pesar de saber que estoy a dieta rigurosa, no me voy a poder poner nada para a la boda, seguro lo haces porque quieres desquitarte de que voy a reunirme la próxima semana con mis amigos de la prepa y no te hagas el disimulado, ya me di cuenta que no le quitas la mirada a la babosa esa que esta en la mesa de enfrente (la babosa de la mesa de enfrente esta vestida a la ultima moda y se ve sensacional, lo cual le dio mucha envidia), ya no tengo hambre, vamonos, mañana tengo junta y no quiero perder más mi tiempo discutiendo contigo”. El novio perplejo se pregunta que fue lo que hizo mal y la novia, aun enojada se dice así misma “es un pendejo”. Conclusión, esta en duda que los hombres seamos iguales, pero lo que queda muy claro es que, para ellas, seguimos siendo unos pendejos.

Lo sé, es una teoría estúpida, pero que quieren, tengo insomnio y no puedo enfocarme en otra cosa más que en dormir.